Desastrosa actuación anoche la de Smashing Pumkins en La Riviera, me resulta complicado clavar esto a quienes leeis, ya que depositaba en la banda de Chicago un brillante aliento musical desde la juventud ensoñadora a través de sus fantásticas trallas rockeras, sus melodías psicodélicas y sus poemas exquisitos en las letras de Billy Corgan. Nada que resaltar en su actuación que no sea diana de una dura crítica en lo que al show se refiere. Lejos de lo esperado, el cuarteto renacido de las cenizas de su separación, planteó un repertorio de temas cuanto menos inesperado y frustrante, cada canción finalizaba mientras yo esperaba con ansia que rompiesen con una de esas que te hacen tararearlas gritando y dejándote el gaznate en la sala en comunión con los presentes, sin embargo enlazaban con temas pocos exitosos, prescindibles y desacertados en mi opinión para un público que esperaba "más", pero sobre todo "mejor".
No sonaron ni Mellon Collie and Infinite Sadness, ni Rhinoceros, ni Zero, ni Bullet with Butterfly Wings, tampoco mi querida 1979, ni tampoco Thirty-Three ni su preciosa Disarm, ni Siva, apenas pasaron de puntillas por enormes composiciones que por algum motivo desconocido decidieron fatídicamente descartar para la gala. Tampoco se arrimaron ni por asomo a la "Machina", algo para mi desalentador cuando guardo un grato recuerdo de este albúm que escuchaba frecuentemente y que me ayudó a salir de un bache personal. ¿Dónde estaban Everlasting Gaze, Stand Inside Your Love o Try, Try, Try? ¿Y cuáles tocaron entonces? pensaréis.., pues imaginaos un tablero de ajedrez, si yo tengo las fichas blancas ¿cuáles son las del contrario? Exacto, todas las malas.
Cuanta desolación, confieso que hasta tuve que aguantar las ganas de marcharme de allí, quizás me retenía el deseo de llegar a oir lo que yo había ido a escuchar, pero nada de eso, solo me complacieron con Cherub Rock ya bastantes entrados en horas del show, y cual fue mi asombro cuando solo dejaron caer Tonight, Tonight en el bis, en el cual solo tocaron una canción. Por supuesto, un momento inolvidable y agradable pero no arregla el estrepitoso bochorno de los que esperábamos a otros Pumkins.
Un telón de fondo glamuroso, dos flores gigantes de cristal y espejo que giraban tristes en muy pocas ocasiones, 4 músicos sobre el escenario que ni se miraban a la cara, no se presentaron ni al principio ni al final del concierto, un Billy Corgan desganado y dejado, que se sentaba y bebía de una botella de agua con parsimonia como si no fuese con él cuando sonaban los samples introductorios a las canciones. Baladas pesadas mal elegidas para la ocasión, gemidos que rozaban lo patético desde las voz de Billy, canciones progresivas que sonaban más rápido de lo normal, como si deseasen terminarlas cuanto antes, borrachera total de punteos de Corgan más empeñado en demostrar ante todos lo mucho que ha aprendido en los últimos años con su guitarra en brazos antes que en conservar la coherencia de un talento musical que les lanzó a la fama, intervenciones guitarreras previas a los temas que dejaban descolocado al personal sin saber a que venían.
Quizás lo único que salva el evento de anoche es la puesta en escena de una tremenda descarga eléctrica de sonido rock, pero que no deja ver más que una correcta ejecución de sus canciones en directo y nada más. Apáticos y lejanos al público cerraron con un solo tema (Tonight, tonight) el bis, y se despidieron, apenas unos cumplidos movimientos de Billy con su mano.
No les aplaudí, no se lo merecían, y los que allí lo hacían era más por la emoción de tenerles a pocos metros sabiéndoles autores de un buen legado musical más que otra cosa.
Mal sabor de boca me han dejado, a ver como lo arreglo ahora.