"Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni no van domesticar".
Marcelino Camacho (21 de enero de 1918 - 29 de octubre de 2010)
Su talla alta se la dio su lucha indoblegable, tras sus muchas detenciones que no impidieran volviese a sus líneas una y otra vez, sin virar su conciencia de clase, sin abandonar sus pies el mismo suelo que el de sus iguales, los trabajadores. Ni su pensamiento ni su ideología fueron una moda, como un vestuario cambiante tan frecuente de un tiempo a esta parte de la escena de platós y urnas. Fueron la confirmación que de su firmeza a la causa se hiciera ejemplar.